Por Inmaculada Canterla
Farmacéutica especializada en antienvejecimiento, dermofarmacia y nutrición
Tras muchos años de fotoeducación, finalmente se ha conseguido que la gran mayoría de la gente esté concienciada de los daños que puede provocar el sol y del uso de agentes protectores solares, no solamente cuando se toma el sol, sino en el día a día. Pero aún queda un pequeño paso más que dar, y es que nos preocupemos en saber qué tipos de filtros solares se deben utilizar en base a su composición, de qué nos van a proteger y de qué no y cómo van a actuar en nuestra piel
Para ello, debemos conocer antes una serie de detalles acerca del sol, sus radiaciones y los diferentes tipos de agentes que nos defenderán de los daños que nos puedan ocasionar en nuestra piel.
Para ello, debemos conocer antes una serie de detalles acerca del sol, sus radiaciones y los diferentes tipos de agentes que nos defenderán de los daños que nos puedan ocasionar en nuestra piel.
LAS RADIACIONES
La radiación ultravioleta (UV) es la parte de radiación solar que tiene una menor longitud de onda y una mayor energía dentro de su espectro de emisión. Se divide en tres zonas conocidas como ultravioleta A (UV-A), ultravioleta B (UV-B), y la más energética, la ultravioleta C (UV-C). La radiación UV-C natural es filtrada por el ozono atmosférico por lo que no alcanza nunca las capas bajas de la atmósfera y no da problemas a los seres vivos. En cambio, las fracciones B y sobre todo la A, sí llegan hasta nosotros y pueden provocar daños en la piel.
Uno de los efectos más visibles de la radiación UV es el bronceado de la piel. En una piel blanca se inicia tras 15 minutos de exposición solar y se caracteriza por la hinchazón de los melanocitos. Con una exposición prolongada, las células se vacuolizan y esto conduce a una hiperqueratosis (incremento de la escamación), acantosis (incremento del espesor de la piel), desalineación y desorganización de los queratocitos, e hinchazón de las células endoteliales con aparición incluso de reacciones dérmicas inflamatorias. Estas reacciones se inician a los 15 minutos pero se aprecian más intensamente transcurridas unas 24 horas y desaparecen después de 2 a 5 días.
La señal de alarma de una exposición prolongada es el eritema, provocada por los UVB, que produce un visible enrojecimiento de la piel, con su correspondiente e incómodo picor. Por lo que el concepto de protección solar se basaba hasta hace muy poco en evitar el eritema. Se pretendía así que la gente que usara protectores aguantaría más tiempo debajo del sol sin "quemarse".
Pero ¿qué ocurre con los UVA? Como ya sabemos, el 35% de los cánceres de piel son atribuidos a los UVA y en especial a los UVA cortos. Y si la exposición es muy prolongada los UVA largos tendrían mucho que ver indirectamente en lesiones en el ADN, pues aunque son poco absorbidos por el ADN, actúan transformando el oxígeno molecular en radicales libres y estos radicales libres son los que atacarían o lesionarían el ADN. Así los UVA están muy lejos de presentarse como los "UV buenos". Hay que recordar que una sobreexposición a los UVB provocaría una señal de alarma rápidamente, como es la quemadura solar, pero en el caso de los UVA no existe indicador visible que nos dé la señal de alarma.
La radiación ultravioleta (UV) es la parte de radiación solar que tiene una menor longitud de onda y una mayor energía dentro de su espectro de emisión. Se divide en tres zonas conocidas como ultravioleta A (UV-A), ultravioleta B (UV-B), y la más energética, la ultravioleta C (UV-C). La radiación UV-C natural es filtrada por el ozono atmosférico por lo que no alcanza nunca las capas bajas de la atmósfera y no da problemas a los seres vivos. En cambio, las fracciones B y sobre todo la A, sí llegan hasta nosotros y pueden provocar daños en la piel.
Uno de los efectos más visibles de la radiación UV es el bronceado de la piel. En una piel blanca se inicia tras 15 minutos de exposición solar y se caracteriza por la hinchazón de los melanocitos. Con una exposición prolongada, las células se vacuolizan y esto conduce a una hiperqueratosis (incremento de la escamación), acantosis (incremento del espesor de la piel), desalineación y desorganización de los queratocitos, e hinchazón de las células endoteliales con aparición incluso de reacciones dérmicas inflamatorias. Estas reacciones se inician a los 15 minutos pero se aprecian más intensamente transcurridas unas 24 horas y desaparecen después de 2 a 5 días.
La señal de alarma de una exposición prolongada es el eritema, provocada por los UVB, que produce un visible enrojecimiento de la piel, con su correspondiente e incómodo picor. Por lo que el concepto de protección solar se basaba hasta hace muy poco en evitar el eritema. Se pretendía así que la gente que usara protectores aguantaría más tiempo debajo del sol sin "quemarse".
Pero ¿qué ocurre con los UVA? Como ya sabemos, el 35% de los cánceres de piel son atribuidos a los UVA y en especial a los UVA cortos. Y si la exposición es muy prolongada los UVA largos tendrían mucho que ver indirectamente en lesiones en el ADN, pues aunque son poco absorbidos por el ADN, actúan transformando el oxígeno molecular en radicales libres y estos radicales libres son los que atacarían o lesionarían el ADN. Así los UVA están muy lejos de presentarse como los "UV buenos". Hay que recordar que una sobreexposición a los UVB provocaría una señal de alarma rápidamente, como es la quemadura solar, pero en el caso de los UVA no existe indicador visible que nos dé la señal de alarma.
UVB
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UVA Larga (75%)
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UVA Corta (25%)
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Por otro lado, no debemos de perder de vista que cada individuo posee lo que se viene llamando, un Capital Solar, que se describe como el número de horas que un individuo puede exponer su piel al sol durante toda su vida, y está determinado genéticamente. Una vez consumido el capital solar, comienzan los problemas cutáneos.
SPF
Como hemos comentado anteriormente, los SPF están basados en cubrir única y exclusivamente una protección sobre los rayos UVB.
Los SPF se calculan como la cantidad de radiación necesaria para causar quemaduras de sol con el protector solar aplicado, dividida por la cantidad de radiación necesaria para causar la misma quemadura en la piel desprotegida. Dicho de otro modo, si lo explicamos en minutos: si con la piel limpia te quemas en 15 minutos (media de la piel blanca), con un protector solar con SPF 30 te quemarás en 30x15 = 450 minutos, o lo que es lo mismo, 7 horas y media.
Existen diferentes métodos para clasificar los SPF. En EEUU está el FDA, en Australia el SAA y en Europa, el COLIPA, que es el más utilizado.
Se basa en valorar la dosis mínima de radiación UV que produce la primera reacción de eritema perceptible en la piel humana. (MED)
FPS= MED con protección/ MED sin protección
Las tendencias actuales, utilizando el método COLIPA, clasifican los productos en varios tipos o categorías, en función del factor de protección solar (FPS):
SPF
Como hemos comentado anteriormente, los SPF están basados en cubrir única y exclusivamente una protección sobre los rayos UVB.
Los SPF se calculan como la cantidad de radiación necesaria para causar quemaduras de sol con el protector solar aplicado, dividida por la cantidad de radiación necesaria para causar la misma quemadura en la piel desprotegida. Dicho de otro modo, si lo explicamos en minutos: si con la piel limpia te quemas en 15 minutos (media de la piel blanca), con un protector solar con SPF 30 te quemarás en 30x15 = 450 minutos, o lo que es lo mismo, 7 horas y media.
Existen diferentes métodos para clasificar los SPF. En EEUU está el FDA, en Australia el SAA y en Europa, el COLIPA, que es el más utilizado.
Se basa en valorar la dosis mínima de radiación UV que produce la primera reacción de eritema perceptible en la piel humana. (MED)
FPS= MED con protección/ MED sin protección
Las tendencias actuales, utilizando el método COLIPA, clasifican los productos en varios tipos o categorías, en función del factor de protección solar (FPS):
TIPO DE FOTOPROTECTOR
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FPS
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Bajo
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2-4-6
|
Medio
|
8-10-12
|
Alto
|
15-20-25
|
Muy
alto
|
30-40-50
|
Ultra
|
50+
|
Si lo explicamos en porcentaje de protección con respecto al total de radiaciones recibidas, entonces diremos que un protector solar con SPF 15 bloqueará 14 partes de radiación y con la 15a nos quemaremos, es decir bloquea 14/15 de los rayos UVB, lo que equivale a un 93.3%. Si hacemos lo mismo con diferentes SPF, un SPF 30, nos protegerá de un 96.7% de la radiación, mientras que un SPF 60 lo hará en un 98.3%.
La diferencia entre la protección entre un SPF 15 y un SPF 30 no es realmente importante: apenas un 3%. Y entre un SPF 30 y un SPF 60, es apenas de un 1.6%.
Por este motivo, en muchos países no existen protectores con SPF mayores a 50 para evitar la falsa sensación de estar protegidos que darían productos marcados como SPF 80, SPF 100, “protección total”, “pantalla total” etc... Evidentemente, estos productos ni mucho menos darían una protección completa ni mucho mayor que un SPF 30.
Ahora que hemos explicado qué son los rayos UV y cómo interpretar un SPF, lo más importante es que tengamos claro que al tomar el sol, o simplemente exponernos a él, debemos de elegir un producto que nos proteja lo máximo posible de las radiaciones UV, es decir, de las UVB y también de las UVA. La mayoría sólo ofrece protección contra los rayos UVB y solo unos pocos incorporan bloqueadores de UVA.
Para ello, es importante buscar en los envases la indicación de “DOBLE PROTECCIÓN”
La diferencia entre la protección entre un SPF 15 y un SPF 30 no es realmente importante: apenas un 3%. Y entre un SPF 30 y un SPF 60, es apenas de un 1.6%.
Por este motivo, en muchos países no existen protectores con SPF mayores a 50 para evitar la falsa sensación de estar protegidos que darían productos marcados como SPF 80, SPF 100, “protección total”, “pantalla total” etc... Evidentemente, estos productos ni mucho menos darían una protección completa ni mucho mayor que un SPF 30.
Ahora que hemos explicado qué son los rayos UV y cómo interpretar un SPF, lo más importante es que tengamos claro que al tomar el sol, o simplemente exponernos a él, debemos de elegir un producto que nos proteja lo máximo posible de las radiaciones UV, es decir, de las UVB y también de las UVA. La mayoría sólo ofrece protección contra los rayos UVB y solo unos pocos incorporan bloqueadores de UVA.
Para ello, es importante buscar en los envases la indicación de “DOBLE PROTECCIÓN”
Es muy importante también que un protector solar incorpore neutralizadores de los radicales libres, pues estos se generan debido a la incidencia de los UVA sobre las células de la piel. Es decir, sería muy interesante que los fotoprotectores incorporaran agentes antioxidantes.
Otra propiedad muy importante que pueden presentar los fotoprotectores, y que está relacionada con su eficacia, es la resistencia al agua:
Existen dos menciones que recogen la capacidad protectora sobre la piel al entrar en contacto con un medio húmedo.
- Water resistant.
Cuando el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 40 minutos de inmersión en el agua.
- Waterproof.
Cuando el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 80 minutos de inmersión en el agua.
De cualquiera de las maneras, SIEMPRE es aconsejable una REAPLICACIÓN del protector solar pasadas un par de horas de la exposición al sol o si la inmersión en el agua ha sido de más de 20 minutos.
No quiero dejar pasar una nota acerca de la exposición solar de los niños. Hay que tener muy en cuenta que los niños son una población de riesgo frente al sol. Por sus hábitos de juego reciben más radiaciones que los adultos y requieren especial atención, debiendo protegerles en todas sus actividades al aire libre.
Además, los niños menores de 3 años no deben ser expuestos al sol, puesto que su piel es muy sensible e inmadura y no tiene capacidad de respuesta frente al sol.
Por supuesto los niños deben usar únicamente filtros físicos ya que no se absorben, y a partir de cierta edad se pueden combinar ambos siempre y cuando el niño no tenga intolerancia a los filtros químicos, dermatitis atópica o cualquier otra patología cutánea
FILTROS FÍSICOS-QUÍMICOS
Una vez tenemos aclarado el tema de a qué nos estamos enfrentando, vamos a ver cómo combatirlo y con qué armas contamos.
Si tratamos de resumir, podemos decir que las armas que tenemos a nuestra mano para protegernos de las radiaciones son dos: Los filtros químicos y los filtros físicos.
Los filtros químicos son moléculas que penetran en la piel y absorben las radiaciones, evitando que estas lleguen a dañar las células de la epidermis. Hay que tener muy en cuenta como están formulados estos filtros químicos, ya que al penetrar en la piel, en algunos casos podrían comportarse como disruptores endocrinos, ocasionar alergias y diferentes sensibilidades en la piel. Por ejemplo, una buena manera de asegurarse de que no vamos a tener ningún tipo de problema es que dicho filtro se encuentre en forma encapsulada.
Los filtros químicos actualmente autorizados para ser formulados en cosméticos son:
Otra propiedad muy importante que pueden presentar los fotoprotectores, y que está relacionada con su eficacia, es la resistencia al agua:
Existen dos menciones que recogen la capacidad protectora sobre la piel al entrar en contacto con un medio húmedo.
- Water resistant.
Cuando el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 40 minutos de inmersión en el agua.
- Waterproof.
Cuando el fotoprotector no ha perdido su capacidad protectora después de 80 minutos de inmersión en el agua.
De cualquiera de las maneras, SIEMPRE es aconsejable una REAPLICACIÓN del protector solar pasadas un par de horas de la exposición al sol o si la inmersión en el agua ha sido de más de 20 minutos.
No quiero dejar pasar una nota acerca de la exposición solar de los niños. Hay que tener muy en cuenta que los niños son una población de riesgo frente al sol. Por sus hábitos de juego reciben más radiaciones que los adultos y requieren especial atención, debiendo protegerles en todas sus actividades al aire libre.
Además, los niños menores de 3 años no deben ser expuestos al sol, puesto que su piel es muy sensible e inmadura y no tiene capacidad de respuesta frente al sol.
Por supuesto los niños deben usar únicamente filtros físicos ya que no se absorben, y a partir de cierta edad se pueden combinar ambos siempre y cuando el niño no tenga intolerancia a los filtros químicos, dermatitis atópica o cualquier otra patología cutánea
FILTROS FÍSICOS-QUÍMICOS
Una vez tenemos aclarado el tema de a qué nos estamos enfrentando, vamos a ver cómo combatirlo y con qué armas contamos.
Si tratamos de resumir, podemos decir que las armas que tenemos a nuestra mano para protegernos de las radiaciones son dos: Los filtros químicos y los filtros físicos.
Los filtros químicos son moléculas que penetran en la piel y absorben las radiaciones, evitando que estas lleguen a dañar las células de la epidermis. Hay que tener muy en cuenta como están formulados estos filtros químicos, ya que al penetrar en la piel, en algunos casos podrían comportarse como disruptores endocrinos, ocasionar alergias y diferentes sensibilidades en la piel. Por ejemplo, una buena manera de asegurarse de que no vamos a tener ningún tipo de problema es que dicho filtro se encuentre en forma encapsulada.
Los filtros químicos actualmente autorizados para ser formulados en cosméticos son:
DENOMINACION
|
CONCENTRACIÓN
MÁXIMA
|
Benzophenone-4
y su sal sódica
|
5% expresado
en ácido
|
3-Benzylidene
camphor
|
2%
|
4-Methyl
benzylidene camphor
|
4%
|
Benzophenone-3
|
10%
|
Benzilidene
camphor sulfonic acid y sus sales
|
6% expresado
en ácido
|
Butyl
methoxydibenzoylmethane
|
5%
|
Camphor
benzalkonium methosulfate
|
6%
|
Diethylhexyl
butamido triazone
|
10%
|
Drometrizole
trisiloxane
|
15%
|
Homosalate
|
10%
|
Isoamyl
p-methoxycinnamate
|
10%
|
Octocrylene
|
10% expresado
en ácido
|
Octil dimethyl
PABA
|
8%
|
Ethylhexyl
methoxycinnamate
|
10%
|
Ethylhexyl
salicylate
|
5%
|
Ethylhexyl
triazone
|
5%
|
PABA
|
5%
|
PEG-25 PABA
|
10%
|
Phenylbenzimidazole
sulfonic acid y sus sales sódica, potásica y de TEA
|
8% expresado
en ácido
|
Polyacrylamidomethyl
benzylidene camphorBenzofenona 5
|
6%
|
La gran mayoría de ellos son filtros UVB, pero el Butyl methoxydibenzoylmethane es un filtro químico UVA, por lo que un producto formulado con, entre otros, este filtro químico, nos estaría dando esa doble protección que hemos mencionado previamente.
Los filtros físicos, en cambio, actúan como pantallas que evitan que esas radiaciones siquiera lleguen a contactar con la piel. Los filtros que se utilizan habitualmente son el dióxido de titanio y el óxido de zinc, siendo este último también filtro UVA . Actúan como una barrera natural contra los rayos del sol, dispersándolos y reflejando la radiación UV. Antiguamente podían resultar productos demasiado pesados, pero nada tienen que ver con los productos actuales, ligeros y con un SPF de protección UV de amplio espectro, resultando ser los ideales.
Otro peligro del protector solar se relaciona con la Vitamina A en éste. Datos recientes de un estudio de la FDA indican que una forma de Vitamina A, Retinil Palmitato, al ser aplicado en la piel en presencia de la luz solar, puede acelerar el desarrollo de tumores y lesiones de la piel. Esta evidencia es preocupante ya que la el 41% de los protectores solares contienen Retinil Palmitato.
En definitiva, y como recomendación, sería idóneo buscar fotoprotectores que combinaras ambos tipos de filtros, para buscar un mejor y más amplio espectro de protección, pero siempre teniendo muy en cuenta los principios activos y sus formulaciones.
Un par de ejemplos que os podemos poner son:
Physical Sunscreen de Medik8, formulado con Óxido de Zinc/ Dióxido de Titanio (filtros físicos), como protección de amplio espectro contra la exposición a los rayos UVA y UVB, cicatrizando, calmando y suavizando la piel, y Thiotaine, que actúa como antioxidante. Es un aminoácido natural que previene el daño causado por la radiación UV, recicla la Vitamina C, asegura una producción de energía e?ciente, e inhibe la Tirosinasa.
Los filtros físicos, en cambio, actúan como pantallas que evitan que esas radiaciones siquiera lleguen a contactar con la piel. Los filtros que se utilizan habitualmente son el dióxido de titanio y el óxido de zinc, siendo este último también filtro UVA . Actúan como una barrera natural contra los rayos del sol, dispersándolos y reflejando la radiación UV. Antiguamente podían resultar productos demasiado pesados, pero nada tienen que ver con los productos actuales, ligeros y con un SPF de protección UV de amplio espectro, resultando ser los ideales.
Otro peligro del protector solar se relaciona con la Vitamina A en éste. Datos recientes de un estudio de la FDA indican que una forma de Vitamina A, Retinil Palmitato, al ser aplicado en la piel en presencia de la luz solar, puede acelerar el desarrollo de tumores y lesiones de la piel. Esta evidencia es preocupante ya que la el 41% de los protectores solares contienen Retinil Palmitato.
En definitiva, y como recomendación, sería idóneo buscar fotoprotectores que combinaras ambos tipos de filtros, para buscar un mejor y más amplio espectro de protección, pero siempre teniendo muy en cuenta los principios activos y sus formulaciones.
Un par de ejemplos que os podemos poner son:
Physical Sunscreen de Medik8, formulado con Óxido de Zinc/ Dióxido de Titanio (filtros físicos), como protección de amplio espectro contra la exposición a los rayos UVA y UVB, cicatrizando, calmando y suavizando la piel, y Thiotaine, que actúa como antioxidante. Es un aminoácido natural que previene el daño causado por la radiación UV, recicla la Vitamina C, asegura una producción de energía e?ciente, e inhibe la Tirosinasa.
Extrem Protect SPF30 de Is Clinical, formulado con Octinoxato encapsulado al 5.5% (filtro químico) y Óxido de zinc (filtro físico), proporcionando ambos protección de amplio espectro UVA – UVB. Protege y repara las células de ADN y colágeno con la Nueva Tecnología Extremozyme ®, Hidrata, suaviza, alisa, reduce la apariencia del eritema solar, ofrece rica protección antioxidante y disminuye la apariencia de líneas finas y arrugas
Además, contiene Vitamina E (Tocopherol) 3.6% que suaviza e hidrata, Extremozymes® 3.0% que ayuda a prevenir daño en ADN, ALOE 1.0% que calma e hidrata, Extracto de hoja de olivo 1.0% que ayuda a proteger y reparar la piel y Centella Asiática (gotu kola) 0.75% que reafirma y alisa.
Además, contiene Vitamina E (Tocopherol) 3.6% que suaviza e hidrata, Extremozymes® 3.0% que ayuda a prevenir daño en ADN, ALOE 1.0% que calma e hidrata, Extracto de hoja de olivo 1.0% que ayuda a proteger y reparar la piel y Centella Asiática (gotu kola) 0.75% que reafirma y alisa.
No Foundation Foundation de Perricone MD es un complemento perfecto para tu régimen diario contra el envejecimiento. Ofrece protección solar cada día del año, los 365 días! A diferencia de los productos ordinarios, no es nada pesado, no deja rastros blancos y tiene un ligero y atractivo color que se adapta perfectamente a todos los tonos de piel, permitiendo un acabado translúcido.
Proporciona un SPF 30 de protección UV de amplio espectro con ingredientes no químicos (oxido de Zinc + dióxido de Titanio) que actúan como una barrera natural contra los rayos del sol, dispersándolos y reflejando la radiación UV. En Cosmeceutical Center, los filtros físicos son nuestros favoritos, ya que las pantallas químicas se absorben y pueden ocasionar alergias y sensibilidades. Un plus es que, por supuesto, no contiene parabenos.
Por último, no quería dejar pasar la ocasión de escribir unas líneas acerca de las famosas cabinas de bronceado.
Si después de toda esta información que se nos muestra año a año, hay gente que aún sigue sometiéndose a las famosas sesiones de rayos UVA para broncearse, es que, o no han entendido nada o no le tienen ningún aprecio a su piel y a su salud. Pero no me quiero extender más en este tema. Cada uno es responsable de sus actos.
De cualquier manera, en Cosmeceutical Center siempre apostaremos por una correcta Fotoeducación y trataremos de aconsejaros para que el tomar el sol se convierta en un placer y no en un suplicio a medio o largo plazo.
De cualquier manera, en Cosmeceutical Center siempre apostaremos por una correcta Fotoeducación y trataremos de aconsejaros para que el tomar el sol se convierta en un placer y no en un suplicio a medio o largo plazo.
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