Farmacéutica especializada en antienvejecimiento, dermofarmacia y nutrición
Hace unos días, en el telediario, tocaron el tema, muy por encima y de pasada, de los disruptores endocrinos, y se me ocurrió escribir esta entrada de blog para profundizar un poco más sobre este controvertido y complicado tema.
Recientemente, la Comisión de Medio Ambiente, Salud y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo ha aprobado un proyecto de resolución que permitirá poner en marcha medidas urgentes y concretas para proteger la salud de los ciudadanos de los disruptores endocrinos, también llamados alteradores hormonales.
Se trata de sustancias químicas capaces de alterar el equilibrio hormonal, pudiendo provocar diferentes efectos adversos sobre la salud de las una personas, animales o de sus descendientes. Estas sustancias pueden ser causa de perjuicios para la salud como el cáncer, alteraciones del comportamiento y anomalías reproductivas.
Los efectos dependen del sistema hormonal al que afecten (estrogénico, tiroideo, etc.) y del momento de la exposición (durante el desarrollo fetal, niñez, pubertad, etc.), y son diferentes según el sexo. Son de especial importancia los efectos en los hijos de personas expuestas.
Es prioritario reducir la exposición pública a este tipo de sustancias químicas y se hace necesario utilizar la ciencia para evaluar los riesgos de los disruptores endocrinos.
El texto de la Comisión europea, además propone diferentes mejoras en el sistema regulatorio europeo REACH (Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemical substances), haciendo hincapié en el control de este tipo de sustancias.
Lo realmente importante en estos momentos, debería de ser la prevención. No se debe esperar a que ocurran problemas graves o situaciones sobre las que ya no haya solución, como ha ocurrido ya con otro tipo de sustancias, como el amianto hace ya años. Se ha demostrado que hasta que una campaña cívica no se convierte en cuestión de Estado, no hay resultados. Por esto es tan importante que la UE se haya involucrado de esta manera en el control de los disruptores endocrinos.
Identificar la presencia en los productos de consumo de estos contaminantes, entre los más comunes los parabenos y el bisfenol A, es un primer paso para crear conciencia colectiva del riesgo, ya que este tipo de productos se encuentran en multitud de productos de uso diario, alimentos, cosméticos…
Hay algunos productos que precisamente lo que buscan es evitar este tipo de sustancias. Un buen ejemplo son los cepillos de dientes Radius, que al no estar fabricados en plástico, están libres de BPP (Bisfenoles, concretamente, del famoso y peligroso Bisfenol A, presente en los plásticos que se utilizan para la fabricación de productos para niños y embarazadas, incluidos cepillos de dientes)
Según la ONG europea HEAL (The Health and Environment Alliance), basándose en un estudio sobre pacientes de 17 países comunitarios, todos tenemos disruptores endocrinos en la sangre. Distintos estudios científicos vinculan la exposición a estas sustancias, en particular durante el embarazo y la primera infancia, a toda una gama de problemas de salud, incluyendo defectos genitales en bebés varones, pubertad precoz en las niñas, infertilidad, obesidad, diabetes, cánceres relacionados con las hormonas y otras enfermedades crónicas. Reducir la exposición a los disruptores endocrinos dará la oportunidad de detener el desarrollo de algunas de estas enfermedades antes de que comiencen.
Algunos países europeos ya han comenzado a regular el uso de disruptores endocrinos. Por ejemplo, Francia ya ha prohibido el uso del bisfenol A (BPA) en todos los materiales que estén en contacto con alimentos infantiles. Bélgica también ha prohibido el uso de bisfenol A en materiales en contacto con alimentos para niños menores de 3 años. Suecia, en la misma línea, ha prohibido este químico en materiales en contacto con alimentos. Dinamarca, por su parte, prohibió el año pasado cuatro tipos de ftalatos (DEHP, DBP, DIBP y BBP) en cortinas de baño, manteles y otros bienes de consumo. Las autoridades danesas ya prohibieron en 2012 el uso de bisfenol A en materiales en contacto con alimentos infantiles. En España, La Guía de buenas prácticas para la mejora de la salud en el trabajo por razones de reproducción y maternidad, del Ministerio de Trabajo, incluye a los disruptores endocrinos como riesgo específico.
EFECTOS SOBRE LA SALUD:
A modo de resumen, aquí se pueden ver los posibles efectos sobre la salud humana de los disruptores endocrinos:
ii. Hombres expuestos: Cáncer de testículo, cáncer de próstata, reducción del recuento espermático, reducción de calidad del esperma, disminución del nivel de testosterona, modificaciones de concentraciones de hormonas tiroideas.
iii. Hijas de personas expuestas: Pubertad precoz, cáncer vaginal, mayor incidencia de cánceres, deformaciones en órganos reproductores, problemas en el desarrollo del sistema nervioso central, bajo peso de nacimiento, hiperactividad, problemas de aprendizaje, disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora.
iv. Hijos de personas expuestas: Criptorquidia o no descenso testicular, hipospadias, reducción del recuento espermático, disminución del nivel de testosterona, problemas en el desarrollo del sistema nervioso central, bajo peso de nacimiento, hiperactividad, problemas de aprendizaje, disminución del coeficiente de inteligencia y de la comprensión lectora.
Pero vamos un poquito más allá. ¿Sabías que los parabenos y otros posibles disruptores endocrinos pueden potencialmente afectar en la obesidad y nuestra capacidad de tener hijos?
Las hormonas controlan muchos procesos en el cuerpo, por ejemplo, cómo se desarrolla el feto dentro del útero o cómo madura nuestro organismo. Las hormonas son también esenciales para el normal funcionamiento de los genitales tanto en los hombres como en las mujeres.
Los parabenos en productos cosméticos
Algunos de las sustancias químicas más conocidas y discutidas, que son sospechosas de ser disruptores endocrinos, son los parabenos. Los parabenos son un grupo de sustancias químicas que actúan como conservantes. Se utilizan, entre otras cosas, en cosméticos, productos higiénicos y alimentos para alargar su durabilidad.
En los productos cosméticos se utilizan seis tipos de parabenos diferentes:
* methylparaben
* ethylparaben
* propylparaben
* butylparaben
* isopropylparaben
* isobutylparaben
Cuatro de estas seis sustancias están incluidas en la lista de la Unión Europea de sustancias sospechosas de ser disruptores endocrinos (Abajo podrás encontrar la lista de Prioridades de la UE). Estos cuatro compuestos son: Methylparaben, Ethylparaben, Propylparaben y Butylparaben.
Estos están clasificados por la UE como categoría 1, esto significa, que en ensayos con animales muestran claros signos de propiedades de alteración endocrina. Los otros dos, Isopropylparaben e Isobutylparaben todavía no han sido evaluados en la lista de prioridades de la UE. En términos generales, aún no existe una prohibición específica sobre el uso de parabenos en cosméticos y productos de cuidado personal, pero el Ministerio de Medio Ambiente de Dinamarca acaba de prohibir el uso de los parabenos: butyl, propyl, isobutyl e isopropyl en productos destinados a niños menores de 3 años, tal y como hemos mencionado anteriormente
Si comparamos la formulación de un producto cosmético comercial y un producto cosmecéutico, que basa su formulación en principios activos efectivos, éticos y respetuosos, podemos apreciar lo siguiente
Particularmente, a mí me
gusta mucho porque Cosmetics 27 by ME Skinlab garantiza que su producto no
contiene parabenos, fenoxietanol, derivados de petroquímicos, siliconas ni colorantes, creando un producto dermocosmético muy eficaz, natural,
sincero y ético
En definitiva, todos somos diferentes y por eso no tenemos la misma sensibilidad a los procesos que experimentamos a lo largo de nuestra vida. Para las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, es especialmente importante evitar los disruptores endocrinos y otras sustancias nocivas para el cuerpo, ya que pueden potencialmente ser transferidas directamente al niño a través de la placenta y la leche materna.
Por todo esto, es muy importante conocer la composición de los productos cosméticos que utilizamos y saber qué sustancias son sospechosas de ser disruptores endocrinos para así evitar posibles problemas futuros
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