Leía el otro
día una noticia de la Academia Española de
Dermatología (AEDV) sobre la nueva moda: Tendencia “No Poo”
No lo pude remediar y me quedé estupefacta. No sé si ya te
sonará el tema y estarás enterada de esta “nueva moda” o como la llaman:
“tendencia ecosaludable”. Ya te digo yo que me quedé con la boca abierta. El método No Poo proviene de “no sham-poo” porque sus partidarios
afirman que los productos para lavar el cabello dañan el cuero cabelludo y
deterioran el pelo…
Así que resulta que parece
ser que a algunos se les ha ocurrido no usar champú para lavarse la cabeza, si
no usar en su lugar agua+vinagre+bicarbonato. Genial, brillante idea! Ahora que
los que lo hacen me expliquen con fundamento y razonamientos solidos el por qué
lo hacen. Hemos escuchado hablar de lo malo que son los surfactantes (laurilsulfato sódico-SLS), las siliconas, los parabenos
etc… Pero… la solución es el otro extremo: lavarse con
agua+vinagre+bicarbonato? Propiedades sobre la piel del uso continuado del
bicarbonato y del vinagre?
El bicarbonato, por ejemplo,
tiene un pH más alcalino (pH de 8) que el del cuero cabelludo, pudiendo producir irritación, y su uso continuado
puede decolorar el cabello.
En el mercado simplemente hay que elegir, mejor dicho, saber elegir, y
saber dónde situarse en tu filosofía de consumo. Cómo se hace esto? Pues la
única forma es con información, y una verdad como un templo, es que la
información es poder.
Algunos champús del mercado están maravillosamente formulados, sin componentes químicos innecesarios, sin fragancias o con una muy discreta para obtener la máxima tolerancia, incluso en las personas más sensibles que pueden sufrir alergias. Utilizan fórmulas de bajo peso que evitan dar sensación de pesadez al cabello, además de no incluir en sus fórmulas parabenos, aceites minerales, phtalatos o ingredientes derivados de animales.
Un ejemplo de buena formulación es este champú de David Mallett, con aceite de Nuez de Macadamia de Australia, que ya era utilizada por los aborígenes, con un 22% de ácido palmitoléico Omega7. Una particularidad especialmente interesante de este champú es la utilización como ingrediente secundario de una nueva generación de siliconas, (si si, Siliconas!!), pero de alta calidad y volátiles, evitando así dejar la sensación de grasa y pesadez en el pelo que dejan las siliconas de baja calidad, que tan mala prensa se han generado por su abuso en la cosmética tradicional.
Para un autocuidado de la salud de la piel responsable y efectivo de los
que dan sus frutos, tenemos que elegir productos 100% funcionales poniendo en
segundo plano cualquier sustancia que no ejerciera una acción de tratamiento
sobre la piel. Todo está en la composición del producto, y ese es precisamente
mi trabajo, controlar la composición para asesorar bien y que los tratamientos
supongan un acierto.
Evidentemente,
por ejemplo, nadie puede negar la efectividad del aceite de Argán (renovación
y regeneración celular, quemaduras, grietas, eccemas…), el aceite
de Rosa Mosqueta (rico en antioxidantes y vitaminas que mejoran la pigmentación
de la piel y su textura ), el Anís Estrellado (facilita la digestión, elimina
gases y flatulencias intestinales…) o el aceite de Jojoba o el de Sésamo etc…
Pero si
únicamente con los aceites bastara, no se habría investigado ni desarrollado la
ciencia ni la tecnología médico-farmacéutica enfocada al cuidado y tratamiento
de la piel y del envejecimiento dérmico.
Un buen
cosmético, llevará en su composición aceites y extractos naturales así como
productos químicos o bioquímicos, de tal manera que la combinación de la
química con la naturaleza llega a producir excelentes resultados.
Por ejemplo,
echa un vistazo a esta composición:
AQUA
(WATER), HYDROGENATED POLYSOBUTENE, HDI/TRIMETHYLOL HEXYLLACTONE CROSSPOLYMER,
ALOE BARBADENSIS, ORYZA SATIVA (RICE) OIL, GLYCERIN , SODIUM HYALURONATE, METHYLSILANOL
MANURONATE, PANAX GINSENG EXTRACT, TOCOPHERYL ACETATE, HYDROLYZED MANIHOT
ESCULENTA TUBER EXTRACT, HEPTAPEPTIDE, GLYCOPROTEINS, SERINE, CERAMIDE 3,
CERAMIDE 6 II, CENTELLA ASIATICA (HYDROCOTIL) EXTRACT, GINKGO BILOBA EXTRACT,
VACCINUM MIRTILLUS EXTRACT, FAEX(YEAST), CERAMIDE 1, SUPEROXIDE DISMUTASE,
CHOLESTEROL, PHYTOSPHINGOSINE, ARTEMIA EXTRACT, ORYZA SATIVA (RICE) EXTRACT,
CITRUS GRANDIS EXTRACT, CITRUS NOBILIS FRUIT EXTRACT, CITRUS AURANTIUM DULCIS
EXTRACT, CITRUS AURANTIUM BERGAMIA EXTRACT, CITRIC ACID, BENZYL ALCOHOL,
CARBOMER, CAROTENE, ASCORBIC ACID, SORBIC ACID, NICOTIANA BENTHAMIANA
SH-POLYPEPTIDE-45, BENZOIC ACID, DEHYDROACETIC ACID, SODIUM HYDROXIDE, LACTIC
ACID, SODIUM LAUROYL LACTYLATE, SODIUM ANISATE, PARFUM, BUTYLENE GLYCOL, XANTHAN
GUM, SODIUM LEVULINATE.
¿Quieres que la
comentemos? Es una formula muy buena, efectiva, limpia y segura 100%, más que
muchas cremitas para bebes de las que veo. Entiendo que al principio se te
puede nublar la vista con esta lista de palabras, pero aquí es donde está la clave de todo. Lo demás son modas y
marketing…y hablar por hablar. Si te parece, podemos hacer un día un post sobre listados de ingredientes de
los diferentes productos para ir aprendiendo a valorar con criterio para
así poder emitir juicios y tomar decisiones.
Y ya termino,
no antes sin recordar, para los amantes ciegos de “solo lo natural es bueno” y
hablando de aceites esenciales etc… que los alérgenos etiquetados más
comúnmente son el linalol, limoneno, geraniol y citronel.
Las fragancias “naturales” contenidas en algunos cosméticos, pese a estar
presentes en pequeñas concentraciones, pueden dar lugar a dermatitis
alérgicas de contacto.
Así es que,
¿Cuánto te puedes fiar de lo que se dice y se comenta a la ligera?